Ganadería Vicente Benavent
GANADERÍA VÍCENTE BENAVENT
La resiliencia de ser ganadero
Si el duro invierno ya supone un reto para los casi un centenar de explotaciones ganaderas que hay en nuestra región, que ven sus ingresos mermados, si a ello se le suma un año entero sin toros – y lo que queda – la situación se vuelve crítica.
En Quatretonda se asienta una de las ganaderías más punteras del escalafón. No posee un cortijo señorial ni kilométricas extensiones de dehesa. Vicente Benavent tiene una finca que se ha ganado con trabajo y sacrificio. Preserva una ganadería con personalidad propia y eso, hoy en día, es una virtud para alabar. No solo en fenotipo, sino por la bravura que arrojan sus animales, sustentando una premisa esencial para la fiesta: la emoción. Lo pudo comprobar Vinaròs, el primer festejo taurino desde la declaración del Estado de Alarma, en una tarde para el recuerdo - organizada por la empresa valenciana Arte y Emoción- donde se colgó el cartel de “No hay billetes”. Y es que este hierro es sinónimo de éxito. El sello de garantía que le han otorgado los aficionados es el mejor premio a esta divisa. Es el resultado de fusionar la casta con la calidad. Un legado que ya saborean sus hijos Marta y Óscar.
Vicente seduce con la bravura de sus pupilos y por eso puede alardear de ser la ganadería más cotizada y que más actuaciones realizó durante la temporada 2019, pero no por ello se zafa de la dura realidad. Como el resto de ganaderos autóctonos, víctima de la grave situación, se está viendo obligado a llevar al matadero numerosos animales. Desde el comienzo de la pandemia tan sólo ha actuado en 4 festejos durante el año 2020. Lejos de las más de 300 actuaciones que hizo en 2019. Para más inri, la Conselleria de Agricultura ha excluido de las ayudas a las ganaderías que destinaban sus animales a los bous al carrer, precisamente las que más lo necesitan, pues las de carne han continuado su actividad. “Algo que cuesta de comprender, pues mientras en un taller, si lo cierras las herramientas no comen, aquí, las herramientas son los animales y estos comen todos los días. Los toros siguen comiendo, las vacas siguen pariendo y a los veterinarios se les sigue pagando”, lamenta.
La pandemia ha pegado una cornada muy fuerte a las ganaderías y “la administración nos está dejando morir, todo por pura ideología política, nos han dejado abandonados, no nos han ayudado como han hecho a otras ganaderías con menos problemas que nosotros, sólo por tener animales para los bous al carrer”, continúa, “pero lanzo un mensaje a todos los políticos que nos están intentando ahogar: Las ganaderías nunca van a desaparecer, aunque tenga que buscarme la vida en otro sector, siempre voy a tener vacas, aunque sea un grupo reducido”, “antes desaparecerán los actuales políticos que las ganaderías”, vaticina Vicente. Es la cruda realidad de una ganadería en la que pastaban más de 515 animales y en la que ahora apenas hay 300 reses. Animales al matadero y empleos perdidos. Una auténtica tragedia.
Pero Vicente, al que nadie le ha regalado nada y siempre ha hecho frente a cualquier adversidad, se muestra optimista. Preguntado si cree que la raza autóctona corre el peligro de extinguirse, asienta que debido a la gran cantidad de festejos que se celebran al año, alrededor de 10.000, tenía demasiados animales y que ahora al verse obligado a matarlos “dentro de lo malo estoy matando aquellos que no me llenaban y me estoy quedando con los mejores, por lo que puede que tenga mejor ganadería ahora”. Quien sabe, las mejores oportunidades nacen de las peores crisis, como dijo Albert Einstein “la crisis es la mejor bendición que puede suceder, porque la crisis trae progresos”. Quizás en unos años se vea el resultado.
VINARÒS – La prueba de fuego en el primer festejo del año tras el Estado de Alarma
Después de varios meses sin festejos, las miradas estaban puestas en la primera actuación del año, pues nunca antes habían estado los animales tanto tiempo sin actuar, por lo que Vicente esperaba con vehemencia la fecha del 23 de agosto. Fue algo inesperado. Todos sus animales ofrecieron una espectacular actuación, desde la vaca “Poderosa” – curra de un pitón, es el precio de la bravura-, hasta “Atrevida”, “Cantaora”, “Airosa” y “Grafitera”, que mostraron seriedad, trabajando los aparatos con mucho sentido y saltando al callejón con mucha codicia tras los rodadores, dejando imágenes que los aficionados difícilmente borrarán de su memoria. Día también histórico para el hierro de la “B” al decir adiós a la mítica vaca "Niebla" que fue despedida con una merecida y emocionante ovación que duró segundos que fueron eternos.
Visto lo acontecido en Vinaròs, Vicente espera con ahínco el próximo festejo. Será cuando la pandemia y las autoridades lo permitan. Mientras, habrá que esperar a vivir y luchar para sobrevivir, toca ser fuerte a pesar de la tormenta. Resiliencia.
Texto-Javi González (Viza)
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